El canto y los nombres de las aves

El canto de las aves muchas veces da lugar a sus nombre. Se dice, por lo tanto que sus nombres son onomatopéyicos. Ejemplos típicos de esto son:
- el Chucao, su canto estridente parece decir: Chu... chu... chucaooo...
- el Huet-huet, su llamado de alerta repite su nombre.
- el cisne Coscoroba que canta su propio nombre.
También hay nombres onomatopéyicos de origen indígena: el Kia es el chimango y  el Caracara es el carancho. Lo mismo ocurre con otros ejemplos en latín.
Esto siempre me recuerda a la poesía de Leopoldo Lugones que busqué por tantos años. Como suele ocurrir con estas búsquedas, terminé dando con ella en el foro de Americaves. Una simple consulta en medio de un tema similar y un miembro -Vero Oeyen - me pasó la obra.

EL JILGUERO
En la llama del verano,
que ondula con los trigales
sus regocijos triunfales
canta el jilguerillo ufano.

Canta y al son peregrino
de su garganta amarilla,
trigo nuevo de la trilla
tritura el vidrio del trino.

Y con repentino vuelo
que lo arrebata canoro,
como una pavesa de oro
cruza la gloria del cielo.

En los versos resaltados en negrita, Leopoldo Lugones intenta emular con palabras el trinar del jilguero. Después de todo, eso es una onomatopeya: el uso de una palabra o grupo de palabras para imitar sonidos.

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