Luego de mucho buscar, encontré al Canastero Coludo en los matorrales del camino al Puente de Ñirihuau. Oculto casi siempre, se zambulle en la vegetación cuando vuela de un lugar a otro. De rama en rama, apenas se deja ver unos segundos.
Encontré una pequeña bandada de 3 ó 4 integrantes. Son tan rápidos que era imposible contarlos y fotografiarlos al mismo tiempo.
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