Lejos, sobre la costa a la altura del Club Náutico se observan unas rocas. Allí descansa una pareja de Quetros por la tarde. Los encontramos saliendo del agua, asicalándose y seguramente preparándose para pernoctar. El lago estaba picado. Ellos nos dejaron acercarnos bastante sabiendo que el agua los protegía. Nos miraban con desconfianza pero seguros de que no podríamos llegar hasta ellos.
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