...ida y vuelta
Hay diferentes modos de pensar y planificar un viaje para observar aves. A veces se puede seleccionar un lugar específico por la especificidad de las especies que se verán allí.
Tal es el caso del Parque Nacional Nahuel Huapi u otros parques nacionales del suroreste de la Patagonia. Alli se encuentran una veintena de especies endémicas del Bosque Andino Patagónico que un observador de aves querrá ver en algún momento de su vida. El Carpintero Gigante, el Chucao, el Rayadito, el Peutrén, entre otros son aves emblemáticas de los bosques del sur.
Pero hay otra forma de planificar una salida de observación: atravesar varios ambientes y esperar la sorpresa de la diversidad. En un viaje de Bariloche a Las Grutas se atraviesan distintos ambientes: el bosque andino, la estepa patagónica, el monte y espinal (según la ruta elegida) y la costa marina. Sumémosle a esto los ambientes modificados por el hombre y entonces la diversidad de especies crece en número y en variedad.
Este verano recorrimos los 650 Km que unen Bariloche y Las Grutas y si bien no era el objetivo principal la observación de aves, pudimos observar más de 60 especies.
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