Ahí fue donde se nos ocurrió la idea: ¡Vayamos al Bosquecito de Llao Llao!. Se trata de una caminata por el bosque de coihues altísimos y sotobosque de cañas coihues. En menos de lo que canta un gallo estábamos listos. Rogamos que arrancara bien el Peugeot 504 (cosa que ocurrió, gracias a Dios, porque el frío a veces juega malas pasadas) y rumbeamos hacia Llao Llao.
Lucía, Gastón, Joaquín y yo fuimos los excursionistas.

Caminata por Parque Municipal Llao Llao
Temporada: todo el año
Duración: Medio día.
Dificultad: Baja.
Bosque cerro LLao Llao - Bariloche trekking. Esta caminata simple posee gran valor didáctico y nos propone un íntimo y amplio contacto con la naturaleza recorriendo el Parque Municipal Llao-Llao. (...) En esta zona crecen grandes árboles llamados Coihues (Nothofagus dombeyi) que pueden alcanzar hasta 40 metros de altura. También, predominando el sotobosque, se puede observar la caña colihue (Chusquea couleou). Debido al alto nivel de precipitaciones es posible ver, en este lugar, algunos hongos y gran variedad de musgos y líquenes. Es interesante observar la existencia de algunas especies endémicas, únicas en el mundo. Si bien es difícil observar los animales que habitan este bosque, aprenderemos a descubrir su presencia gracias a las huellas que nos han dejado. Adentrándonos en el bosque, se encuentra un pequeño bosquecillo de arrayanes (Luma apiculata), que se destaca por el color canela de su corteza. Al finalizar la caminata llegaremos a la costa del Lago Moreno, desde donde podremos apreciar la majestuosidad de altas cumbres para luego emprender el regreso.
La caminata fue breve pero placentera. Escuchamos a los peutrenes, también los vimos volar por el alto de los coihues, realmente vimos dos siluetas saltar de copa en copa y desaparecer. Un chucao nos sorprendió con su canto estridente y claro, llenando todo el bosque. Creo que fueron dos individuos, uno a cada lado del sendero, uno más cercano que el otro. Finalmente escuchamos el graznido del zorzal patagónico en las copas de los árboles.

Nos consolamos completando el recorrido de Circuito Chico. En el camino encontramos dos cosas sorprendentes. Un cartel que señalaba el Lago Escondido. Paramos en el camino y fuimos a buscarlo. Joaquín, el más chico de mis hijos (4 años) dijo muy contento a su mamá, cuando regresamos: "Ma, encontramos el Lago Escondido".
Nuestro segundo hallazgo fue un vendedor de chocolate caliente. Así que sin dudarlo, compartimos dos tazas de chocolate al paso en pleno Bosque de Llao Llao.
Una salida placentera.
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