«Un día Siti le dijo al maestro:
- Yo no quiero aprender con Pascual.
- ¿Por?...
- Él me tira del pelo y de la oreja.
- Pascual, ¿crees que así él aprenderá?
- No, señor; pero él no atiende cuando uno le habal y se queda mirando los pájaros y se distrae.
- ¿Es cierto , Siti?
- Sí, hay una calandria que anda todos los días en el algarrobo; parece que tiene nido y ayer se estaba haciendo el carancho; me he reído mucho.
- ¿Haciéndose el carancho?
- Sí, señor; por eso le dicen a la calandria Yuya pishkho, porque canta como otros pájaros. ¿No sabías?
- Pájaro mentiroso... ¡Ah! ¿Te gustan los pájaros, Siti?
- Si, señor; allá en el monte entrando al campo de don Juan, tengo un nido de cardenales; lo estoy cuidando para vos; cuando ya estén por volar los pichoncitos te los voy a traer.
- Dejalos no más, Siti; me gustan más cuando andan volando. Dime ¿te gusta leer?
- No, señor.
- ¿Cuántos años tienes?
- El año pasado me has dicho que tenía ocho; ahora deben ser nueve, ¿que no?
- Sí, claro. Andá y sentate; no te preocupes, todavía tienes por delante cinco años par aprender a leer.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario