A mediados de octubre de 2009, Y0Y llegó a la costa rionegrina donde permaneció 173 días trasladándose entre la boca del Río Negro y San Antonio Oeste- Las Grutas. A partir de marzo de 2010 se preparó para la migración al Ártico de Canadá, acumulando grasa corporal siguiendo una dieta de mejillines, lombrices de mar, pequeñas almejas y cangrejos durante las mareas bajas, combinada con buenas horas de descanso en las mareas altas. El día 13 de marzo de 2010 fue avistado a través de los telescopios de los investigadores de la Fundación Inalafquen en las playas del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio comprendidas entre El Oasis y el Centro de Interpretación y Observatorio de Aves "Vuelo Latitud 40" que esta institución posee en el lugar.
Tras su larga estadía en Río Negro inició la migración al norte el 1ro. de abril, volando 1.000km en 24 horas hasta las playas de Barra del Chui ubicadas en el límite entre Uruguay y Brasil. Allí permaneció 36 días y también fue avistado por investigadores que trabajan en el monitoreo de esta especie. El maratónico vuelo de 6 días de duración dio comienzo el 8 de mayo de 2010, atravesó la selva del Amazonas y el Océano Atlántico y finalizó en la costa del estado de Carolina del Norte en los EEUU. Conocemos los detalles de la proeza de Y0Y con tanta exactitud porque el 11 de mayo de 2009 fue capturado por investigadores en la Bahía de Delaware, costa este de los EE.UU. quienes le colocaron un pequeño “geolocalizador” de menos de 2g de peso en la parte superior de una de sus patas. En ese momento Y0Y pesaba 125g. Diecisiete días después y probablemente con unos 200 g de peso, voló hacia sus zonas de cría en el Artico de Canadá, donde permaneció 69 días hasta iniciar su viaje hacia Río Negro.
En mayo de 2010, después del vuelo récord, fue capturado otra vez en la Bahía de Delaware por los mismos investigadores, quienes removieron el chip y analizaron la información del geolocalizador. Este instrumento registra variaciones en los períodos de luz y oscuridad así como en la salinidad y de este modo es posible inferir la latitud y longitud de los lugares visitados por el ave.
Estos resultados acaban de ser publicados por investigadores de EE.UU, Canadá, Argentina y otros países en la revista científica internacional “Wader Study Group Bulletin. Los datos revelados por esta publicación, confirman el rol fundamental de las playas rionegrinas para la supervivencia de los playeros rojizos, especie que lamentablemente se encuentra en peligro de extinción. Y también refuerzan la necesidad de proteger los diversos ambientes que utilizan a lo largo de su ruta migratoria, en especial evitando los disturbios sobre sus sitios de alimentación y descanso, eje de la Campaña de Educación Ambiental y Mercadeo Social que la Fundación Inalafquen lleva adelante en conjunto con Rare Conservation, Manomet Center, Ministerio de Educación de Río Negro, CODEMA, Municipalidad de San Antonio Oeste y el aporte de muchos voluntarios vecinos del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio.
Con la primavera se espera en cualquier momento la llegada de los playeros rojizos a las playas de nuestro país y ya se desplegó un red de observadores y aficionados que aguardan la llegada de Y0Y.
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[1] Las banderillas se ubican en las patas de las aves y son anillos plásticos con una prolongación lateral que lleva una inscripción que puede leerse con la ayuda de telescopios o fotografías, y que permite identificar a los individuos a la distancia.
En mayo de 2010, después del vuelo récord, fue capturado otra vez en la Bahía de Delaware por los mismos investigadores, quienes removieron el chip y analizaron la información del geolocalizador. Este instrumento registra variaciones en los períodos de luz y oscuridad así como en la salinidad y de este modo es posible inferir la latitud y longitud de los lugares visitados por el ave.
Estos resultados acaban de ser publicados por investigadores de EE.UU, Canadá, Argentina y otros países en la revista científica internacional “Wader Study Group Bulletin. Los datos revelados por esta publicación, confirman el rol fundamental de las playas rionegrinas para la supervivencia de los playeros rojizos, especie que lamentablemente se encuentra en peligro de extinción. Y también refuerzan la necesidad de proteger los diversos ambientes que utilizan a lo largo de su ruta migratoria, en especial evitando los disturbios sobre sus sitios de alimentación y descanso, eje de la Campaña de Educación Ambiental y Mercadeo Social que la Fundación Inalafquen lleva adelante en conjunto con Rare Conservation, Manomet Center, Ministerio de Educación de Río Negro, CODEMA, Municipalidad de San Antonio Oeste y el aporte de muchos voluntarios vecinos del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio.
Con la primavera se espera en cualquier momento la llegada de los playeros rojizos a las playas de nuestro país y ya se desplegó un red de observadores y aficionados que aguardan la llegada de Y0Y.
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[1] Las banderillas se ubican en las patas de las aves y son anillos plásticos con una prolongación lateral que lleva una inscripción que puede leerse con la ayuda de telescopios o fotografías, y que permite identificar a los individuos a la distancia.
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