Gauchito sí, pero cuál

Hoy salí de nuevo a dar mi vuelta por el barrio y el campito. Acá sigue haciendo un frío bárbaro. A eso de las nueve y media, hacía - 1 ºC. Los charcos congelados parecen trozos de vidrios en la calle. Da gusto pisarlos y escucharlos crujir, rememora la infancia juguetona que tira la piedra solo para escuchar como se rompe el vidrio y salir corriendo... claro, el vidrio es del vecino que se queja con los padres por los daños causados. ¡Uy! acabo de confesar un delito de la infancia. Pido perdón y clemencia.
En realidad, íbamos rumbo a otros lares, pero al encender el auto el cable del ascelerador se cortó... Imprevisto mecánico que nos cambió la cara, porque madrugar con este frío es bastante bravo. Superado el fracaso con resignación, salí con la cámara a dar la vuelta ya dicha. El perro estaba suelto, así que muy lejos no iba a llegar. Tiene la manía de seguirnos y espantar los pájaros pero no quise atarlo. Lo primero que hizo fue corretear y espantar a unos tordos patagónicos con el sol de las 10 Hs. se veían hermosos los azules de estos C. curaeus. y la verdad, entre verlos y apuntar con la cámara, todavía prefiero verlos, no tengo reflejos de fotógrafo.
Ahí fue donde ví en un radal este gaucho. Lo ando siguiendo hace mucho porque no puedo identificarlo. No es muy asiduo del barrio. O tal vez sí, pero de dificil avistaje. Yo sospecho que sólo anda de transito.
Son dos, al otro lo descubro cuando el primero vuela y se posa en los cables. Andan, parece, acompañando a la bandada de los tordos porque cuando éstos se van, los gauchos los siguen.
Abren y cierran la cola como haciendo equilibrio, se ve un filete blanco. No distingo los colores porque a contraluz todos los gatos son pardos... No son buenas las fotos pero espero que ayuden a identificarlos en breve.

No hay comentarios: