Para fotografiar aves es necesario mucha paciencia. Ellas tienen una gran ventaja sobre nosotros, al escapar rápidamente en vuelo, se alejan grandes distancias.
Además del ojo experimentado del fotógrafo dos condiciones deberán darse: el equipo del fotógrafo y la cercanía al ave.
Una forma de lograr proximidad es ocultarse, camuflarse con el medio y esperar que ellas lleguen. Para esto es importantísimo conocer el ambiente donde las aves viven y se mueven. Hay personas muy pacientes y muy dedicadas que logran fotos magníficas a partir de la combinación de lentes que les permiten un acercamiento óptico y capas de camuflaje que les permiten un acercamiento físico al ave.
Para construir esta capa de camuflaje primero se debe elegir una tela de base. Puede ser una red, una manta liviana o una tela de color verde oscuro. Sobre esta base debe añadirse retazos de tela de colores. Buscar retazos con distintos tonos de verde, algunos ocres y marrones. Hay que pensar el ambiente en la cual será usada.
A medida que se adhieran más retazos irá creciendo el peso de la capa y el volumen de la misma. Estos datos deben considerarse a la hora de transportar el equipo de observación que siempre parece estar creciendo: mochila, binoculares, cámara, capa de camuflaje... Todo ocupa lugar y tiene un peso.
En los siguientes link podrán ver otros comentarios y/o consejos sobre el camuflaje y la fotografía:
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