Tarde de lluvia

La torcaza encontró refugio en un pino. Como yo, ella se quedó contemplando las gotas de lluvia, una lluvia deseada y otoñal, meláncolica como la tarde gris. Inmutable, me contempló también a mí con la cámara envuelta en una improvisada funda de nylon, disparando decenas de fotos para retratarla.
Inflado su plumaje, me imagino el aire tibio entre las plumas. Inmóvil, callada, solitaria. Por más que me esforcé no pude sacar las gotas de lluvia cayendo.
Tarde gris y lluviosa en Bariloche.

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