Hoy nos levantamos cerca de las 10 Hs. Acá, en Bariloche llovió toda la noche y tiene ganas de seguir todo el día. Es el aniversario de la ciudad.
Cuando nos levantamos ya andaban en la ventana de casa dos colibríes rubí. Más tarde se acercó otro. Sus chillidos se dejaban escuchar peleando por el bebedero de la ventana. Son muy territoriales al parecer. Uno de ellos -parece el más dominante, rechonco, infladas sus plumas y pico levemente decurvado- se posó en el alambrado y allí se quedó vigilante por largo rato.
El día lluvioso no ayudaba con buena luz, sin embargo pude sacar algunas fotos. Cuando el atento vigilante dejó su puesto, con mucha calma llegó el otro. También un macho pero más flacuchento y alargado, pico recto y leve chaleco verde. Ambos tenían su corona rubí que según la posición cambia de color de verde a naranja, rojo y amarillo, siempre tornasolado.
Luego se acercaron al alambrado un diucón, algunos rayaditos y oímos el chillido de algunos comesebos.
Entre mate y mate disfrutamos la entretenida tarea de los visitantes que pueblan nuestra mañana lluviosa.
¡Feliz cumpleaños, Bariloche!
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