Remontando el Casa de Piedra

Las vacaciones de invierno se extendieron este año. Duraron cuatro semanas y media. Las tres primeras fueron días grises, algo lluvioso y frío. Todos en casa estuvimos aislados del mundo exterior porque debo reconocer que somos población de riesgo para la Gripe A: un bebé, tres hijos con asma del lactante y un papá que se enferma de la garganta bastante seguido.
La última semana el sol nos visitó. Una tardecita nos fuimos al lago Moreno hasta la desembocadura del arroyo Casa de Piedra. No sé por qué me dieron ganas de remontar el curso del arroyo, me pareció que sería una linda actividad con los chicos. Exploramos la zona y planeamos todo para hacerlo al otro día después del almuerzo.
El Casa de Piedra ha variado su curso en distintas ocasiones. Recorre un terreno de fácil erosión y su lecho está formado por áridos que en muchos casos son extraídos para distintas construcciones. La caminata fue en dos etapas. Bordeamos el lecho sobre el barranco que va formando el arroyo mientras recorre el bosque y los matorrales. Varios barrios terminan allí, así que no faltan claros donde la gente va a matear, jugar o simplemente a caminar.
Desde montecitos de palo piche, zonas de coihues, manchones de caña colihue y matorrales de maitenes y radales juveniles, todo íbamos encontrando en el sendero que a veces se cortaba y nos obligaba a la aventura.A eso de las cinco de la tarde, hicimos una pausa. Mateamos de lo lindo con bizcochitos de grasa, tiramos piedras haciendo sapito, sacamos fotos, escuchamos cantos de aves y recobramos fuerzas. Nos faltó mojarnos los pies pero había varias partes con hielo y esa pequeña escarcha que a pesar del sol, no se habían derretido.Avistamos 12 especies de aves en el remonte: pitío, cabecitas negras, tordos patagónicos, cachuditos, chingolos, chimangos, comesebos patagónicos, rayaditos, picoleznas, jotes cabeza negra en vuelo, palomas picazuro en vuelo, una remolinera.
Antes y después vimos 5 especies más: gorriones, bandurrias en vuelo, diucón, zorzal patagónico, cabecitas negras en vuelo.
En resumen observamos 17 especies de aves, disfrutamos una tarde hermosa y llegamos a casa a la nochecita, luego de ver el atardecer sobre el Lago Moreno. Mi esposa, como madre abnegada, nos esperaba con unos riquísimos roscos.

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