Mas que salida, una escapada

Fecha: 10.04.10
Hora: 8.30 a 11.30 hs.
Tiempo: Nublado.

El sábado, a pesar del anuncio de lluvia salimos con Facundo Vital a recorrer el mallín del 12 y zonas aledañas. Como el clima no ayudaba y estaba más para tortas fritas y mate que para observar y fotear, dimos una vuelta por la playa del Hotel El Casco.
Facundo tiene ahora su nueva cámara así que todas las fotos se las dejo a él. La mañana fue productiva pero el mallín, que debe tener entre 5 y 10 hectáreas siempre te deja con ganas de más.
En la playa del hotel nos recibieron unas remolineras araucanas muy ruidosas, una sola gallareta, algunos teros, unos cauquenes reales y a lo lejos una familia de bandurrias. Los juveniles de las bandurrias gritaban y se peleaban entre ellas. Ésto nos llamó la atención y me recordaron a mis hijos que andan todo el día con "espadas, pistolas, patadas" y sus consabidas consecuencias. Mucho más lejos, sobre uno de los mástiles del muelle, un martín pescador (tal vez dos) se lanzaba al lago con poco éxito, aunque en un momento lo vimos sacudir la cabeza contra el mástil pero la poca luz no permitió confirmar si era por una presa o por autorreproche.
En el mallín nos recibió una bandada mixta de diucas, chingolos y los jilgueros que habíamos visto hace bastante anillados; esta vez sin anillos y seguramente una nueva camada. Un cachudito voló hacia nosotros, un vuelo ondulado y casi insostenible. Los zorzales estaban en la calle.
Más allá encontramos (y pongo énfasis en lo que no vimos): ratona común, tero, pato barcino, remolinera común, patos overos -muchísimos-, cauquenes reales, chimangos, un carancho juvenil, patos maiceros y patos cuchara. Varias palomas picazuró volaron atravezando el cielo.
Buscamos pero no encontramos ni al junquero, ni a la ratona aperdizada, ni al varillero ala amarilla, ni al Tachurí. Son las ausencias que esperábamos pero que fuimos a confirmar.
Volviendo a la playa vimos una bandada hermosa de once garcitas bueyeras (a confirmar). Volaban casi barridas por el viento, sobre el lago sin decidirse su rumbo. Fue un espectáculo bárbaro. De allí nos escapamos a la Laguna Fantasma donde encontramos muy poca actividad
Fue una salida corta, más para despuntar el vicio y confirmar ausencias que para otros logros.
Un arco iris atravesando los cerros fue nuestro premio final.

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