Acecho

El Águila Mora es imponente. Su mirada desde lo alto es acechante. Sin embargo, no hay nada que atemorice a una madre que cuida a sus polluelos.
Este águila bajó a comer muy cerca de la Ruta 23, se alimentaba de los restos de una liebre recién atropellada. Se posó con un trozo sobre un poste. No pudo adivinar que muy cerca de allí había una familia de chimangos que se sintieron atemorizados por su presencia.
La pareja de chimangos comenzó a gritar con desesperación, seguramente su nido tenía crías y esa carne fresca no vendría mal para alimentar a los hambrientos pichones. Sin dudarlo se lanzaron sobre el águila que los miraba como dos moscas que perturbaban su almuerzo. Les gritó, les lanzo varios picotazos como quien espanta un bicho molesto y luego se lanzo al vuelo. Describiendo círculos cada vez más amplios y sin poder despegarse de los chimangos que la acechaban en vuelos molestos, ella decidió irse y abandonar la comida fácil.
Los chimangos volvieron a su lugar y se tranquilizaron. Los pequeños "davides" obtuvieron una victoria sobre la imponente "Goliat".

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