Recuerdos de Madryn

En octubre de 2009 viajé a Puerto Madryn junto a 24 alumnos, la dire del cole y un coordinador compartiendo el viaje de egresados de 7º Grado. Dejo de lado la experiencia del viaje, las personas y todo lo humano que fue realmente invalorable. Baste decir que muchos de esos chicos han sido mis alumnos desde los 4 años hasta hoy. Regalos de la vida que debemos aprender a valorar.
Entre excursión y excursión pude avistar más de 40 especies de aves y me quedo corto. Ya pasaré la lista en limpio. El recorrido simplificado fue desde Bariloche hasta Puerto Pirámides, Puerto Madryn, Trelew, Punta Tombo, Gaiman y de nuevo a Bariloche.
Me impactó muchísmo el vuelo del Petrel Gigante Oscuro. Ese vuelo razante sobre la superficie del mar y cuando parece inclinar un ala solo para rozar el agua. Lo hace con una naturalidad increíble, como si estuviese disfrutando de lo que hace.
La lentitud del pingüino de Magallanes pensé que era más anecdótica que real, pero resultó ser así, una lentitud llena de vida y gracia. Llegamos a Punta Tombo cuando una parte de la colonia estaba desperezándose y algunos ejemplares comenzaron a trompetear. ¡Fantástico!. Allí había además playeritos, gaviotas cocineras, varias especies de cormoranes, petreles y algunos passeriformes que quedaron pendientes para un viaje sin alumnos...
Desde el hospedaje en Madryn, veíamos las Golondrianas Oscuras desplazarse con su vuelo quebrado, en la playa una bandada de Flamencos Australes, Macá Grande, Macá Plateado, Pato Crestón y Cormorán Imperial. Sobre el río Chubut escuchamos y vimos al benteveo, en un brazo que resultó ser canal de riego encontré al pasar una pareja de Patos Picazo. Fueron cuatro días de viento intenso, solo bajó el último día. Esa última mañana fuimos a la Playa Doradillo donde avistamos ballenas a escasos metros de la playa.
Lo más llamativo fue una pareja de cardenales (Paroaria coronata) volando libremente en la costa del río Chubut, entre el ramerío de unos sauces, en Gaiman. No conozco el vuelo de cortejo de esta especie, pero jugueteaban mucho entre los dos, volando juntos hasta que me vieron que los perseguía con la cámara y allí se quedaron muy quietos entre el follaje. Imposible una foto buena. Tengo solo una testimonial.

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