Colibri Rubí -Sephanoides sephanoides

El colibrí rubí regresa cada otoño. El 12 de marzo ya estaba por aquí. Al principio escuchábamos sus estridentes chillidos, un reclamo para que le pusiéramos el bebedero y nos enterásemos de su regreso.
Nuestra relación con estas pequeñas aves comenzó con un vaso rojo olvidado en la ventana y una sombra que veíamos a trasluz en la cortina. Nos escondíamos para mirar de qué ave se trataba pero resultaba imposible identificarlo por su velocidad. A aquel individuo que nos siguió visitando todo un otoño le pusimos de nombre Fantasma.
Por fin, una tarde soleada se dejó ver. Llegó hasta un pino frente a la ventana, anunció su sonora presencia y en un vuelo directo se lanzó en picada hacia el vaso que ahora contenía un almibar preparado especialmente para él. Su corona rojo rubí tornasolada cambiaba de color a medida que subía y bajaba su cabeza para beber: de rojo a verde intenso y metálico y con unos hermosos destellos de transformación.
¡Qué alegría nos daba -y aún nos brinda- esperalo, escucharlo llegar, buscarlo en su percha, tratar de fotografiarlo, verlo alimentarse aún bajo nevadas invernales!.
Un bebedero de color rojo -parece ser su preferido- cuelga de nuestra ventana una parte del año. Al asomar la primavera solo se va retirando. En vano colgamos el recipiente pues ninguno de los visitantes siguió viniendo ya entrada la floración. No sabemos a ciencia cierta hacia dónde se va pero en estos tres últimos años se ha cumplido el regreso.
Cuando el otoño empieza a acercarse, los colibríes vuelven a buscar los comederos y vuelven a alegrar nuestra ventana.
Más información: Picaflores Bariloche

No hay comentarios: